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La publicación de 2016 de una importante carta dirigida al cardenal Marc Ouellet en su calidad de Presidente de la Comisión pontificia para América latina ha relanzado el debate acerca del lugar de los laicos en la vida de la Iglesia. Algunos comentadores han tratado de oponer a Benedicto XVI y a Francisco. En realidad, contra todo riesgo de « clericalismo », los dos papas sucesivos valorizan fuertemente la iniciativa de los laicos que se comprometen en nombre de su fe en los terrenos más diversos, económicos, políticos, sociales, culturales, etc. Sin embargo, se percibe un matiz entre los dos papas en las cuestiones de la sinodalidad y de la relación al mundo, lo que puede ilustrarse por las insistencias de Francisco en Europa en abrir a compromisos nuevos por la parte de los laicos en los sectores políticos y sociales.