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La evolución de la fecundidad en los países europeos desde los años 1960 se caracteriza por una fuerte disminución de la descendencia final (y todavía más del indicador coyuntural) y un aumento de la edad a la primera maternidad, en general de tres o cuatro años en unos treinta años. Al mismo tiempo, el recurso a los métodos de procreación asistida ha aumentado mucho. Se podría pensar que esta evolución revela las dificultades crecientes de las parejas para concebir, dificultades que podrían resultar (al menos en parte) del calendario más tardío de procreación que desean las parejas. Para evaluar el efecto puramente biológico del retraso en el calendario de los nacimientos y su recuperación eventual por les métodos de procreación asistida, utilizamos un modelo de microsimulación que permite tomar en cuenta un gran número de parámetros biológicos y de comportamiento. Estas simulaciones muestran que el efecto biológico sobre la descendencia final de posponer de 3 a 4 años el primer nacimiento ha sido limitado: entre 0,1 y 0,2 hijos por mujer. El recurso a la procreación asistida solo compensa esta disminución muy débilmente, un máximo del 10 por ciento.