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Mientras que la historia ha desenterrado recientemente formas de «protesta a través del duelo», la sociología de la acción colectiva, en cambio, guarda silencio sobre prácticas conmemorativas consideradas inadecuadas para la expresión de opiniones políticas. Por ello, este artículo pretende restablecer los homenajes a las víctimas como parte de las modalidades habituales de la protesta. Basándonos en 170 marchas silenciosas, mostramos cómo los actores asociativos y sindicales tratan de ajustar el ritual funerario con el fin de albergar fragmentos de reivindicación. A continuación, relacionamos estas manifestaciones de aflicción con las propiedades de los grupos que se apoderan de ellas y con las interacciones que las vinculan con las fuerzas del orden, el público involucrado y los apoyos militantes. Este artículo propone así una sociología de los repertorios emocionales refrendados en la acción colectiva y, más concretamente, un análisis de los resortes de la manifestación política del duelo.