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A partir de la etnografía de un conflicto en torno a una antigua feria agrícola en un pueblo del oeste de Francia, este artículo pone de relieve un proceso de apropiación de los territorios periurbanos por parte de mandos medios y altos próximos al sector público, que se basa en el marco de su sociabilidad festiva en relación con la conquista del poder municipal. Al reconstruir las trayectorias residenciales y activistas de los líderes de los comités que desafiaron las posiciones de poder de los agricultores, el artículo cuestiona la gran narrativa de la expulsión de la «población rural autóctona» por parte de los «nuevos estratos medios urbanos» en el área periurbana. Estas luchas de poder oponen en primer lugar frentes de alianza entre grupos sociales y redes políticas diferenciadas formadas por personas con múltiples afiliaciones locales (sedentarios, migración de retorno, primer asentamiento). Esta configuración es el resultado de la recomposición de la sociabilidad política en el pueblo desde principios de los años setenta.