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El Kaizen es un método de resolución de problemas que implica la participación de los operadores de producción. Si permite conseguir resultados operacionales a corto plazo, cabe constatar que a medio y/o largo plazo, menguan los resultados, especialmente por la degradación de la salud de los operadores. En este artículo, nos interesaremos por los límites de la práctica del Kaizen que pueden, en parte, contribuir a los malos resultados constatados. Dentro de los límites, evocaremos la elección y el análisis de los indicadores de producción hechos durante las reuniones Kaizen. Desde nuestro punto de vista, esta práctica no permite un análisis pertinente de los problemas remitidos por los operadores. Como pista de reflexión, nos parece que los límites del Kaizen pertenecen a una cuestión más amplia de orden socio-cognitivo. De hecho, el enfoque sugerido por el Kaizen remite a representaciones en las que el Hombre se considera como pasivo, lo que no da cuenta de la complejidad de la labor realizada por los operadores. Así que el enfoque que considera al Hombre como activo nos parece más apropiado.