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A medida que la disforia de género se hace más frecuente en nuestras consultas, es probable que aumenten las solicitudes de asistencia médica para la reasignación de género, hormonal o quirúrgica. Si la identidad de género y la elección del objeto sexual no son única y exclusivamente el resultado de un proceso fisiológico predeterminado, entonces preservar la libertad de elección de cada ser humano significa aceptar la condición de la duda, por muy dolorosa que sea. Desde el punto de vista de la atención, nos parece importante estar atentos a la forma en que el adolescente enfrenta las distintas acciones por realizar y el posible dolor. La tensión entre «sufrimiento psíquico/dolor corporal», posible fuente de vacilación, puede ser un paradigma útil para abordar en el intercambio con el adolescente que desea una transición.