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El autor comienza relatando el experimento que él y una profesora (Marie Biot) llevan a cabo en un liceo de Romilly-sur-Seine, consistente en hablar con adolescentes (de primer o segundo curso de secundaria) sobre bebés. Esta acción anima a los adolescentes a pensar en los bebés que fueron y pretende ayudarles a acoger mejor a los bebés que puedan tener algún día. Se trata, pues, de un acompañamiento a los adolescentes hacia la parentalidad, pero también a respetar la vida psíquica en todas sus formas, de ahí el objetivo más amplio de prevenir la intolerancia y la violencia en general. Esto solo es posible porque los adolescentes son muy sensibles a los bebés, y el autor señala una serie de similitudes entre su funcionamiento psíquico. Algunas de estas convergencias se conocen desde hace mucho tiempo, mientras que otras son más recientes, en la medida en que el auge de la psiquiatría del bebé nos permite ahora revisitar este periodo de la adolescencia. Todas estas reflexiones se basan en la dinámica del après-coup.