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Partiendo del postulado de Georges Devereux de que es el estudio del observador y no el del sujeto el que nos da acceso a la esencia misma de la situación clínica (1967), en este artículo me propongo analizar mis contratransferencias como investigadora en la atención durante los últimos cinco años con niños reunioneses exiliados en la Francia metropolitana entre 1962 y 1984. Este análisis me permitió formalizar el marco actual de la investigación clínica. El análisis de las experiencias se explicará una vez establecidos los contextos político, histórico y clínico de la investigación, así como las etapas que condujeron a su realización. El proceso del investigador se divide en varias etapas: desde el umbral al descubrimiento de los lugares de paso y de exilio, que da lugar a la formulación de una clínica de la deselaboración, o incluso de la an-elaboración, para construir un dispositivo de búsqueda de reelaboración para los adultos cuyos gritos se han quedado sin «voz/caminos» desde su exilio de la Reunión a la Francia metropolitana cuando eran niños.