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Nuestra experiencia personal se basa en una población de anoréxicos y bulímicos graves con síntomas importantes, que suelen evolucionar durante varios años. El tratamiento y el seguimiento de algunos de ellos se extiende a lo largo de varios años, quizás más de diez años en algunos casos.Esta práctica, que combina un gran número de casos con tratamientos individualizados a largo plazo, ha permitido la aparición de un cierto número de datos que han planteado una serie de preguntas sobre el funcionamiento mental de estos pacientes.Estas observaciones nos han llevado a pensar que la principal dificultad de estos adolescentes radica en su personalidad y en su capacidad para afrontar los conflictos. Muchos autores sugieren que las ansiedades narcisistas se encuentran detrás de la impasibilidad adictiva en los trastornos alimentarios, por lo que puede conceptualizarse como una estructura de defensa narcisista contra las ansiedades perturbadoras. Cuando esta defensa es ineficaz, se observan reacciones depresivas graves. Parece que la mayoría de las veces vemos una proximidad, pero no una continuidad, con los episodios de melancolía:la mayoría de las veces, esta defensa contiene con éxito los desajustes, con diversos grados de efecto, y lo que vemos clínicamente es más del orden de la desesperación y la defensa contra la depresión, que de la depresión sintomática establecida.Es esta dinámica, esta evitación de la desesperación ligada a un esquema narcisista compensatorio yuxtapuesto, la que consideramos que debe ser apreciada para comprender los riesgos que se desarrollan en estos comportamientos: brotes psicóticos, desarrollo anormal, trastornos de conducta y tendencias psicopáticas y reacciones psicosomáticas.