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La adolescencia es un periodo en el que los individuos se enfrentan a numerosos retos emocionales, existenciales y fisiológicos. Una regulación emocional deficiente puede conducir a una incapacidad para afrontar eficazmente el estrés, la ansiedad, la frustración u otras emociones negativas. Estas dificultades, que a menudo comenzaron en la primera infancia, pueden influir significativamente en el proceso de subjetivación en la adolescencia y aumentar el riesgo de conductas adictivas. En este artículo presentamos dos casos clínicos en terapia familiar: Flavien, un joven impulsivo, y Eugénie, una chica alexitímica. Tras explorar el contexto relacional en el que se ha desarrollado este déficit de regulación emocional, el terapeuta invita a todos los miembros de la familia a una armonización emocional y descubrir juntos nuevas estrategias de regulación emocional más adecuadas, con el objetivo de mejorar el funcionamiento emocional del adolescente y reducir la adicción.