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El consumo de cocaína no ha dejado de aumentar desde los años noventa, con un incremento significativo del consumo de una forma fumable de este psicoestimulante, el crack, que está demostrando ser más adictivo. Actualmente no existe ningún tratamiento farmacológico específico aprobado para la adicción a la cocaína. No obstante, veremos que los datos de la investigación clínica y preclínica apuntan a vías farmacoterapéuticas basadas en dos tipos principales de enfoque. El primer tipo incluye moléculas que actúan como activadores del sistema dopaminérgico y podrían allanar el camino a estrategias de sustitución de la cocaína. El segundo grupo incluye moléculas que no tienen acción directa sobre el sistema dopaminérgico.