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Analizamos el impacto de la opacidad de los bancos y de la credibilidad de la ausencia de intervención por parte de las autoridades autoridades en caso de incumplimiento de un banco sobre la eficacia de la disciplina del mercado. Mostramos que para los bancos más opacos, para los que se perciben como «demasiado grandes para fracasar» o en períodos de gran incertidumbre, la aplicación de una política de deuda subordinada puede resultar contraproducente y llevar al banco a elegir un seguimiento insuficiente. Para promover la disciplina del mercado, los reguladores deben imponer una mayor transparencia y garantizar que los acreedores estén expuestos de manera creíble a posibles pérdidas. El uso de la deuda subordinada convertible podría ser una solución. Clasificación JEL: G21, G28.