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La Web 2.0 ha fomentado el desarrollo de plataformas digitales de crowdsourcing. Algunas de ellas forman parte de un modelo comercial que vende un servicio basado en la optimización del tiempo, como el Mechanical Turk de Amazon. Al situarse como gestor intermedio, estas plataformas ofrecen a las empresas clientes la oportunidad de desglosar en microtareas sus ingentes y aburridas actividades de tratamiento de datos. La ejecución de estas microtareas se subcontrata a continuación a una gran cantidad de usuarios de internet, que trabajan a cambio de una tarifa por tarea. Así pues, este modelo comercial se basa en el principio de la mercantilización del tiempo de ocio a cambio de la obtención de ingresos adicionales. Sin embargo, la encuesta etnográfica que realizamos en la plataforma francesa Foule Factory revela que los usuarios de internet dedican en realidad a este trabajo mucho más tiempo del esperado, con la esperanza de ganar solo unos pocos euros más.