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Los primeros años del trabajo frente a frente con Martin estuvieron marcados por la imagen de un oso adiestrado, expuesto por un saltimbanqui de la Edad Media, y la somnolencia irresistible que provoca. Ningún delirio aparente, una historia construida: ¿dónde está la psicosis? Pero, poco a poco, entre las sólidas paredes que lo protegen de la invasión de la psicosis, se abre una brecha a través de la cual se puede descubrir un universo infinito, una galaxia desolada, violenta, poblada de planetas que solo están vinculados entre sí por la atracción gravitacional. Martin es entonces un cosmonauta, revestido con un exoesqueleto, y se mueve entre los astros concentrando toda su energía en evitar ser absorbido por uno u otro sol de calor absoluto. La aparición en la terapia de sueños que van tejiendo representaciones y vínculos con los afectos es considerada como una evolución de la organización psíquica hacia una verdadera capacidad fantasmática.