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Los criterios del fin de la cura han evolucionado: hoy en día le acordamos más interés a las transformaciones del funcionamiento psíquico que al análisis de los «complejos». La cura es terminable; el proceso analítico, interminable. La renuncia al objeto transferencial es el paso necesario del fin de análisis. Su condición es la aptitud para el desplazamiento, desplazamiento transferencial para permitir la encarnación de los objetos de amor edípicos en el análisis, y luego un desplazamiento para distanciarse y renunciar. El trabajo de duelo de los objetos primeros está en el centro de la cura, el trabajo de renuncia al analista es la palanca de su terminación. Renunciar exige un trabajo psíquico que implica desplazamiento de las investiduras, desexualización, sublimación e identificación. Un fragmento de fin de una cura ilustra el trabajo de renuncia apoyado en el recurso al registro cultural que despeja la senda hacia una forma de resolución del complejo de Edipo en el après-coup.