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Los cuentos, en cuanto lugar privilegiado de los mensajes de los adultos a los niños, instruyen sobre las representaciones sociales relacionadas con los desafíos del desarrollo psíquico. Nuestra experiencia con un grupo terapéutico de cuentos, basado en los cuentos de los hermanos Grimm, permite diferenciar los cuentos destinados a niñas de los destinados a niños. En los cuentos para las chicas, nos parece primordial la temática de la envidia entre madre e hija. El cuento El enebro se presenta como ejemplo. Si bien la envidia, como manifiesta Melanie Klein, es inherente al desarrollo de los dos sexos, su implicación en la niña parece más fundamental en el hacerse mujer y hacerse madre. La envidia atañe a las capacidades creativas de la madre. Forma parte del registro narcisista desde el inicio, el de la seducción narcisista y del antedipo. Su destino será diferente en las niñas y en los niños; las niñas siguen amenazadas por la regresión y la indiferenciación incestuosa.