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En los blogs, foros y redes sociales, la abundancia y la calculabilidad de la palabra de los internautas podría permitir acceder a una opinión espontánea, directamente sacada de las huellas digitales que dejan nuestras conversaciones cotidianas. Desde los años 2000, un conjunto de start-ups y agencias están elaborando métodos humanos y algorítmicos para aprovechar este abundante material y proponer una nueva técnica de medición de las opiniones del gran público, que consideran más auténtica que la que miden los sondeos tradicionales. A través de una sociohistoria del mercado de la opinión en línea, este artículo estudia cómo se está conformando un nuevo régimen de conocimiento de la opinión a partir de sus huellas digitales, y subraya el carácter variado, contingente y orientado de los proyectos epistémicos que se apoyan en el big data. Basándonos en entrevistas y en un trabajo etnográfico, enseñaremos la oposición entre empresas favorables a un muestreo de las huellas digitales, y otras, que por el contrario aspiran a captar de la manera más exhaustiva posible las opiniones de la web social. Analizaremos en particular las pruebas simultáneamente técnicas y epistémicas a las que se enfrentan los actores de la opinión en línea, que frustran la estrategia por muestras y consagran, al contrario, el proyecto de una vigilancia extensiva y continua de las conversaciones en línea.