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En este artículo el autor propone considerar a la adolescencia como una figura paradigmática de lo virtual. La adolescencia aquí está pensada como una adolescencia grupal. Distingue la adolescencia crisálida para destacar una clínica específica de lo virtual de la transición. Centrándose en la dimensión virtual de la imagen del cuerpo grupal, explica la relación entre las anamorfosis grupales del púber con la inversión de los adolescentes en lo numérico. Establece un paralelismo entre la organización del espacio vivido de los adolescentes (figurado por una mediación que llama el espaciograma) y los procesos físicos en juego en la pubertad con la transformación del cuerpo psíquico grupal. La inversión en la pasión icónica de las pantallas numéricas es analizada como una tentativa de gestión psíquica del adolescente, a partir de una proyección exterior en la red numérica de objetos internos divididos. El desplazo hacia los avatares numéricos testimonia una identidad desmultiplicada difracta. Utiliza la analogía con las “estructuras disipativas” descriptas por Ilia Prigogine para ilustrar en la adolescencia una tentativa de restructuración por el recurso a lo numérico, del desorden psíquico contemporáneo del púber individual y grupal familiar. El autor quiso invitar a Agathe Manuel como testigo de lo grupal y de lo virtual desde su lugar de adolescente escritora especialmente brillante. En su texto “Entropía de Burbujas virtuales – entre empobrecimiento y fragmentación”, asociado al artículo, “el adolescente parece exteriorizar este proliferación interna dando nacimiento a burbujas de virtual en su entorno, es decir que extrae pedazos del rompecabezas complejo que es su ser para fijarlo en las redes sociales.”