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El proceso de radicalización se contempla como la co-construcción de un pacto de alianza radical entre dos grupos particulares, una organización de grupal familiar y comunitaria “adolescente” y una organización política totalitaria radical. En referencia a la conceptualización del engranaje, desengranaje y remodelación de los vínculos psíquicos (Benghozi, P.), tiene la función de una remodelación recíproca entre contenedores. Los contenedores genealógicos agujereados se vuelven a tejer en torno a un pacto de autogeneración. El reclutamiento ideológico es la expresión de un “engranaje” perverso de los contenedores genealógicos de la persona radicalizada y el contenedor de la organización totalitaria radical. La paradoja del pacto radical es el desafío de la resistencia al cambio en el pacto de interrelación de sujeción. Debemos considerar el enlace-acoplamiento fundacional del metacontenedor de la radicalización en el paso a la acción violenta. Un ejemplo clínico ilustra el escenario de exposición a un proceso de radicalización en una organización familiar de tipo incestual, heredera de la “vergüenza” familiar.