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Durante mucho tiempo considerado total y absoluto, el secreto profesional de los profesionales de la salud es hoy en día difícil de conciliar con la práctica del cuidado. Muchas paradojas cuestionan su salvaguarda en favor del interés general y el orden público a cambio de la protección de los intereses privados en una sociedad individualista y normativa. A la luz de esta cuestión, el presente artículo tiene por objeto iniciar una reflexión ética en perspectiva con la evolución histórica y sociológica del secreto profesional de los profesionales de la salud. Así pues, analizado a través de los conocimientos teóricos, y en particular los de Michel Foucault, el secreto médico se considera como una defensa de la racionalidad propia del gobierno de las poblaciones. Esta conceptualización se argumenta a través de normas sociales colectivas que se vinculan a un poder alienante, en detrimento de un secreto integrado como norma social individual e inmanente. Sin embargo, más allá del conocido debate sobre esta necesidad absoluta de cambiar, de evolucionar... este alejamiento de los principios socráticos e hipocráticos involucra a los individuos y a la sociedad en decisiones realmente democráticas en materia de salud. Por lo tanto, los profesionales de la salud, los pacientes, los usuarios y la sociedad deben preguntarse cuáles son los límites que llevarían a la desaparición del secreto médico.