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La ola coreana, también conocida como «Hallyu», está creciendo en popularidad en todo el mundo. Grupos de K-pop como BTS y Blackpink disfrutan de un éxito sin precedentes. Los fans del K-pop de todo el mundo ya no se limitan a compartir y descubrir el K-pop; ahora han hecho suyo el género musical creando sus propios contenidos de K-pop a través de rutinas de baile. Este acto creativo se ha convertido en un medio para establecer conexiones entre los y las fans, permitiéndoles compartir sus sentimientos y emociones y dando nacimiento a una «tribu posmoderna». Los dramas y películas coreanos también se adaptan internacionalmente mediante un proceso de concesión de licencias, dando lugar a nuevas formas de contenido cultural creativo. La participación global en la creación de webtoons coreanos ha crecido, yendo más allá del simple acto de consumo. La contribución de los artistas locales a la creación de contenidos relacionados con el Hallyu es esencial. No solo fomenta el respeto por las diversas culturas, sino también el entendimiento intercultural. En resumen, el Hallyu ya no es solo una ola de consumo cultural, sino que se ha convertido en una plataforma de creación cultural compartida.