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La evaluación neuropsicológica es una herramienta necesaria y una ayuda valiosa para el diagnóstico del trastorno atencional. No obstante, es esencial tener en cuenta su importancia para el niño, pero también para los padres. La exploración no es en absoluto trivial para el niño: aunque sirve a la causa del diagnóstico, también puede ser perjudicial para la confianza del niño en sí mismo si no se toman ciertas precauciones. Además, el diagnóstico del trastorno atencional también requiere una sutileza clínica que permita comprender al niño en el contexto de todo su desarrollo y su vida. El psicólogo, equipado con una caja de herramientas, diseñará una prueba a medida para obtener los resultados que mejor reflejen los recursos y limitaciones del niño. Todas las etapas de la exploración son cruciales y cada una tiene sus propios retos.