84

Desde el inicio del confinamiento establecido en el contexto de la crisis sanitaria vinculada a la COVID-19, Planning familial, una asociación feminista y de educación popular, se movilizó en al menos dos frentes. El objetivo era, por un lado, seguir proporcionando información y apoyo a la población acudiendo a sus setenta asociaciones departamentales y, por otro lado, mantener e incluso desarrollar el acceso a los derechos de salud sexual y reproductiva. La situación de confinamiento exacerbó la violencia intrafamiliar, complicó la vida de las mujeres (acceso a los servicios de salud sexual, interrupción voluntaria del embarazo (IVE) fuera de plazo, IVE de menores, renovación de la anticoncepción, presentación de denuncias, etc.) y limitó el acceso a la información y a los derechos —presencia de movimientos anti-choix (que se oponen al derecho de la mujer de decidir si practicarse o no un aborto) en Internet—. Para afrontar esta situación, Planning familial se apoyó en la línea gratuita «Sexualidad, anticoncepción, IVE» 0 800 08 11 11 que gestiona, adaptó su organización y puso en marcha una campaña de comunicación para sensibilizar sobre los temas de la anticoncepción y el aborto. La asociación también innovó en su forma de acoger y acompañar a mujeres, jóvenes y personas LGBTQI, animando al mismo tiempo su vida democrática, esencial para legitimar su papel político como agente de la igualdad. La labor de promoción que ha llevado a cabo Planning familial ha nutrido diversas iniciativas parlamentarias, algunas de ellas aún en curso, para aumentar el plazo legal para acceder al aborto.