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El desarrollo exponencial de las enfermedades crónicas no transmisibles exige un replanteamiento de los sistemas sanitarios, tradicionalmente centrados en la atención curativa de las enfermedades. Es necesario reinventarlos para incluir la promoción de la salud a lo largo de toda la vida. Para los pacientes, ya no se trata solo de sobrevivir a una enfermedad aguda, sino también de evitar su reaparición y, aún más a menudo, de aprender a vivir y envejecer con ella. Para poder prevenir y estabilizar muchas enfermedades bucodentales se deben adoptar comportamientos adecuados y mantenerlos de por vida. Es aquí donde la educación terapéutica del paciente (ETP) encuentra toda su importancia. Para contribuir a este cambio de paradigma en la práctica se necesita un compromiso desde la formación inicial, ayudando a los estudiantes —futuros cirujanos-dentistas— a adquirir los conocimientos prácticos, profesionales e interpersonales que son relevantes y fácilmente aplicables en el campo de la medicina bucodental, incluso en la práctica privada. Sin duda, integrar la enseñanza de la ETP en el plan de estudios planta un reto, pero también una oportunidad para que los estudiantes desarrollen una postura diferente y se conviertan en profesionales conscientes, competentes y comprometidos.