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El Slackline es una actividad aérea de equilibrio que ofrece una diversidad de prácticas: el ocio compartido en un parque de la altitud extrema y sin aseguramiento a la experiencia a través de la competencia de estilo libre urbano. La altura vertiginosas o el miedo a la caída transforman el aire del juego en una sensación de vacío. Y esta inmaterialidad precipita en nosotros una sensación irreductible contra la cual la conciencia no puede hacer nada. El cuerpo se vuelve ecologizado sin poder encontrar puntos de referencia sólidos, ya sean externos o internos. A través de su profundización sensorial, el vacío nos sumerge en un espacio más auténtico e íntimo. Esta es la razón por la que el Slackline, al igual que otras experiencias físicas o mentales vertiginosas, se está desarrollando actualmente, en una sociedad cuya caída es uno de los símbolos más fuertes