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El uso de sillas de ruedas todoterreno permite a las personas con discapacidad acceder al entorno natural. Esta práctica revela experiencias sociales y sentimientos de proximidad a la naturaleza. Cabe destacar, en particular, que las expediciones realizadas en este tipo de sillas de ruedas asumen lógicas slow, al integrar las preocupaciones éticas y ambientales contemporáneas. En efecto, el espíritu de la silla de ruedas todoterreno, impulsado por los pioneros de esta práctica en Francia desde 1990, no ha desaparecido, y consiste en planificar adaptaciones para acceder a la naturaleza y no a la inversa. Sin embargo, el impacto del carbono de las expediciones a lugares remotos en silla de ruedas todoterreno plantea interrogantes sobre la toma en consideración de los aspectos ecológicos. El debate sobre este impacto se intensifica aún más si se tiene en cuenta que las nuevas generaciones de deportistas con discapacidad promueven el concepto de «capacidad en la discapacidad», tratando de alcanzar el mayor grado posible de autonomía. Ciertamente, el estudio de la puesta en marcha de un proyecto de expedición en silla de ruedas todoterreno en Chile muestra que el desarrollo de sillas de ruedas todoterreno innovadoras con pedales manuales y asistencia eléctrica tiende a relegar la preocupación ecológica a un segundo plano. Sin embargo, la búsqueda de rendimiento no está necesariamente reñida con un enfoque ambientalmente responsable, ya que es necesario pensar en una utilización mínima de las ayudas modernas y, por lo tanto, en minimizar el impacto. Estas expediciones en sillas de ruedas todoterreno, que por su naturaleza repercuten en los medios de transporte transcontinentales, implican un equilibrio entre el compromiso con la discapacidad y la publicidad ambientalmente responsable.