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En este artículo, Maurizio Andolfi quiere exponer lo mucho que en muchas partes del mundo se ha descuidado al niño en el campo de la terapia sistémica. Irónicamente, Nathan Ackerman, el fundador de la terapia familiar, abrió el movimiento de la terapia familiar al niño y sus ideas y su trabajo clínico con los niños y sus familias en la sesión fue excepcional. Desgraciadamente, tanto los teóricos de los sistemas del Instituto de Investigación Mental de Palo Alto como los pioneros de orientación psicodinámica, como Bowen, Framo, Boszormenyi-Nagy, etc., estaban más interesados en la descripción de los adultos : el primer grupo ilustraba los patrones de comunicación de los adultos, mientras que el segundo se centraba en su diferenciación del yo y la familia de origen. Pero, ¿dónde estaba el niño en su teorización ? Los niños han sido observados y tratados principalmente por sus problemas y mucho menos apreciados por sus increíbles recursos dentro de la familia. En este trabajo, Andolfi describe cómo deshacerse de un enfoque protector/controlador con los niños, devolviéndoles la voz y la competencia relacional en el escenario terapéutico. En lugar de etiquetar al niño, el autor muestra cómo respetarlo en su competencia y el cuidado de sus padres, involucrándolo activamente en la terapia como un guía en la exploración del mundo familiar.