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En 1953-1954, Jacques Lacan dedicó su primer seminario público a la exploración de los escritos técnicos de Freud. Hacia el final del seminario, sin embargo, introdujo un cambio y dedicó tres sesiones a discutir el trabajo de Michael Balint, a quien describió como un amigo y un excelente profesional. Mi principal objetivo en este ensayo es esclarecer la significación personal y profesional de Balint para Lacan y, más ampliamente, para la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (SFP) a principios de los años cincuenta, tras la primera escisión de la comunidad. Como tal, se demuestra que Balint se esforzó constantemente por adoptar la posición de mediador entre la SFP y la Asociación Psicoanalítica Internacional. El ensayo concluye con la observación de que algo de la tradición húngara del psicoanálisis sobrevivió en el espíritu de Jacques Lacan, del mismo modo que algo de la rebelión psicoanalítica francesa contra los principios teóricos y clínicos formalistas siguió influyendo en el espíritu de Michael Balint.