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Este artículo analiza el arte pictórico de Jean-Michel Basquiat desde tres ángulos. En primer lugar, el grafiti y el street art de Basquiat aparecen como una forma que tiene el artista de enfrentarse a las normas que rigen el mundo del arte. A continuación, el estilo de Basquiat y su colaboración artística con Andy Warhol se examinan como técnicas para crear nuevas normas estéticas a través de la oposición. Una contextualización del arte de Basquiat permite comprender mejor la importancia de la dinámica familiar, su adicción a las drogas duras y los tres graves traumas que sufrió de niño. Por último, dos de los cuadros de Basquiat, To Repel Ghosts y Eroica se comentan como la última transgresión que se nutre de la radicalidad de su gesto.