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Pierre Quesnay es un ejemplo casi arquetípico del experto financiero, una figura que surgió tras la Gran Guerra. Primero para la Sociedad de Naciones, luego para el Banco de Francia y, por último, para el Banco de Pagos Internacionales, viajó constantemente por Europa Oriental y Central, en particular para estabilizar las monedas y luego para hacer frente a la crisis mundial. A partir de fuentes inéditas, este recorrido permite distinguir algunas características singulares de los aspectos financieros de la acción diplomática de Francia en estos ámbitos. También muestra cómo el discurso netamente político de los expertos financieros aparece en un momento crucial de la transformación de los bancos de emisión en bancos centrales.