Belzeaux, Patrice

Henri Ey, lector del Estadio del espejo de Jacques Lacan (sin Wallon, con Baldwin) - 2020.


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Henri Ey fue un gran lector de Jacques Lacan cuyas contribuciones siguió hasta los años sesenta y setenta. Además de la tesis de 1932 de J. Lacan sobre paranoia, citó muchas veces en sus obras el «estadio del espejo» desarrollada por J. Lacan en 1936 en el congreso de la IPA de Marienbad, en 1938 en la Enciclopedia francesa en la sección «La familia» dirigida por H. Wallon, en 1946 en el Congreso de Bonneval frente a Henri Ey, en 1949 en el Congreso de la IPA de Zúrich, en 1960 en sus notas sobre el informe de Daniel Lagache. Aunque Henri Ey sabía, como lo reveló a sus estudiantes en 1976, lo que el estadio del espejo de J. Lacan debía a Henri Wallon, nunca lo tuvo en cuenta en sus obras de 1938 a 1973 en las que lo presenta con una exactitud sin falla y lo discute con un vigor sin concesión. Solo una vez, en su Tratado de las alucinaciones (1973), reúne a Wallon y Lacan por su misma referencia a Hegel ante la cual Henri Ey se mostraba totalmente crítico, a la vez que admitía, en la formación del sujeto, la relación especular con la imagen del propio cuerpo y la constitución del yo por mediación del otro. H. Ey se encontraba por lo mismo totalmente de acuerdo con M. Merleau-Ponty en sus trabajos fenomenológicos sobre el cuerpo y F. Dolto en sus trabajos psicoanalíticos sobre la imagen inconsciente del cuerpo. El propio Lacan defendía, en aquella época, una referencia muy explícita a Hegel en su lectura de Freud y consideraba siempre el estadio del espejo como invención suya, dejando curiosamente a un lado a H. Wallon, en provecho de James Mark Baldwin (1861-1934), amigo de Claparède y de Pierre Janet. Esta última referencia, que no se ha tenido en cuenta en la historiografía psicoanalítica contemporánea y muy poco en los trabajos sobre el estadio del espejo, nos permite actualizar en la obra inmensa de este pionero de la psicología experimental y genética, de la sociología y de la epistemología genética, la dialéctica de la «imitación» con el semejante que está en el corazón de su obra y que nosotros consideramos como la matriz de lo que será la relación con la imagen de sí en el espejo, fundadora de la «conciencia de sí».