Amourous, Charles
La institución enfrentada al encerramiento y a la apertura
- 2012.
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La actualidad y la observación ordinaria nos revelan las tensiones paradójicas entre la organización de prestaciones en “medio abierto” y la instauración de instituciones completamente cerradas. ¿Cómo se puede, hoy, crear establecimientos cercados? ¿Se trata de un proyecto elaborado o una reacción a miedos, a presiones tranquilizadoras? ¿Se sabe que es realmente el encerramiento y todo su yugo? ¿A cambio, se conoce los efectos de la apertura? El estudio, en la duración, de los entornos de asilos y hospicios nos permite responder por un doble planteamiento: por una parte penetrar un medio de exclusión y encerramiento, para descubrir cómo viven los pensionistas; por otra parte situar los efectos de la apertura progresiva de este tipo de institución.Estas gestiones nos autorizan a un análisis comparativo ampliado de una tipología mítica y antropológica. Como la naturaleza, la cultura tiene horror del vacío. Los hombres aun excluidos y encerrados, elaboran una vida social. Este vivir-juntos se caracteriza por el poder de los dominantes violentos que acumulan autoridad y ventajas; hay una forma de concentración jerárquica rígida. La institución que se entreabre, se enriquece de movimientos e intercambios. De un sistema a vía única y centrípeta, pasa a un conjunto variado con papeles y actividades diversificados. La puerta abierta de par en par permite a la organización que acceda a un descentrado, una cooperación (endógena y exógena) y una comunidad más amplia y más polimorfa.Mitología romana y antropología permiten una tipología comparativa que destaca el empobrecimiento claro de un medio cercado, el enriquecimiento de una unidad entreabierta, la plenitud de una institución que puede compartir su destino con sus vecinos. Los medios de vida, cualesquiera que sean, merecen un enfoque mítico y antropológico que permite descubrir a grupos y a protagonistas, en toda su humanidad. La pared debe dejar lugar a la frontera. La puerta no puede permanecer cerrada en los dos sentidos. Los intercambios son la respiración de la vida. Lo que está en juego es tan importante que reclama todo el compromiso del investigador que no puede dejar de destacar y denunciar todo lo que vela, frena y altera el humano.