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Este artículo se propone analizar las contribuciones y los límites de la innovación social, desde su concepción hasta su puesta en práctica, en el contexto del trabajo social para el cuidado de los niños encomendados a los servicios sociales para la infancia. La innovación social se entiende aquí como un proceso que requiere la implicación de todo el sistema y sus actores. Este análisis se basa en una investigación en ciencias sociales realizada durante cuatro años en un departamento francés, y muestra que, si bien la innovación social puede ser un motor para encontrar soluciones concretas sobre el terreno, trabajar juntos y mejorar el cuidado de los niños, lo cierto es que estas innovaciones solo pueden desarrollarse a escala local, y solo pueden evaluarse y perpetuarse con la participación de todo el sistema de actores. La investigación-acción se centra en el desarrollo de los vínculos sociales de apego de los niños en familias de acogida, un factor clave para su cuidado y, más ampliamente, para su bienestar y resiliencia tras su estadía.