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Partiendo de nuevo de los estudios sobre Schreber, el autor identifica este aspecto particular de la relación paranoica con el Otro y con los otros, el otro quiere algo de mí, como estructura de las relaciones interhumanas en el mundo actual organizado por el liberalismo. Esta relación paranoica con lo semejante construye una modalidad de relación con el acto que propone una realización total del goce que solo está limitada por la impotencia. En consecuencia, el sujeto se encuentra inscrito en una relación con sus semejantes hecha de violencia frente a los impedimentos para gozar que impone toda vida en sociedad, y las relaciones interhumanas se convierten en violencia contra el otro perseguidor. Los adolescentes son el mejor ejemplo de esta nueva forma de vínculo social.