¿Qué futuro tiene la constitución administrativa de Francia?
Teyssier, Arnaud
¿Qué futuro tiene la constitución administrativa de Francia? - 2021.
94
La originalidad y la fuerza del modelo político francés se debían a que el Estado se basaba en dos pilares, afirma Arnaud Teyssier, uno de carácter político y otro de carácter administrativo, una «constitución administrativa» cuyas bases sentó el mismísimo Bonaparte. De Gaulle había comprendido el interés de tal combinación entre las esferas política y administrativa y, tras la Liberación, se había esforzado por restablecerla, considerando que la democracia dependía de la política, sujeta a las fluctuaciones de la opinión y de naturaleza inevitablemente cortoplacista, mientras que la República debía su fuerza a una administración sólida y perenne, que encarnara el interés general, capaz de pensar a largo plazo y, al mismo tiempo, hacer frente a las cuestiones de urgencia. Nuestros lectores comprenderán que el autor, al ofrecernos esta interpretación, aboga por la causa de una administración incomprendida y ahora amenazada.Si la democracia está en crisis y las instituciones están debilitadas, se debe, en su opinión, a la destrucción de este feliz equilibrio a lo largo de los últimos treinta años, y en particular al cuestionamiento de la «constitución administrativa» por el desconocimiento de su especificidad, así como a la confusión de papeles entre la política y la administración. Arnaud Teyssier denuncia el desmantelamiento de esta última, sometida a una doble crítica, la de su omnipresencia y la de su impotencia; milita así en favor de la restauración de un Estado que recupere sus dos pilares fundamentales, incluyendo, por tanto, una administración pública garante de las instituciones y estratega. Se trata de un punto de vista bien argumentado, pero que seguramente provocará debate. H. J.
¿Qué futuro tiene la constitución administrativa de Francia? - 2021.
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La originalidad y la fuerza del modelo político francés se debían a que el Estado se basaba en dos pilares, afirma Arnaud Teyssier, uno de carácter político y otro de carácter administrativo, una «constitución administrativa» cuyas bases sentó el mismísimo Bonaparte. De Gaulle había comprendido el interés de tal combinación entre las esferas política y administrativa y, tras la Liberación, se había esforzado por restablecerla, considerando que la democracia dependía de la política, sujeta a las fluctuaciones de la opinión y de naturaleza inevitablemente cortoplacista, mientras que la República debía su fuerza a una administración sólida y perenne, que encarnara el interés general, capaz de pensar a largo plazo y, al mismo tiempo, hacer frente a las cuestiones de urgencia. Nuestros lectores comprenderán que el autor, al ofrecernos esta interpretación, aboga por la causa de una administración incomprendida y ahora amenazada.Si la democracia está en crisis y las instituciones están debilitadas, se debe, en su opinión, a la destrucción de este feliz equilibrio a lo largo de los últimos treinta años, y en particular al cuestionamiento de la «constitución administrativa» por el desconocimiento de su especificidad, así como a la confusión de papeles entre la política y la administración. Arnaud Teyssier denuncia el desmantelamiento de esta última, sometida a una doble crítica, la de su omnipresencia y la de su impotencia; milita así en favor de la restauración de un Estado que recupere sus dos pilares fundamentales, incluyendo, por tanto, una administración pública garante de las instituciones y estratega. Se trata de un punto de vista bien argumentado, pero que seguramente provocará debate. H. J.
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