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En el contexto escolar, la fluidez lectora de los niños suele evaluarse mediante un texto que debe leerse «lo más rápido posible», lo que tiende a confundir velocidad y fluidez. No obstante, leer rápido no es suficiente para ser un buen lector. Además de la velocidad, la decodificación y el automatismo, la prosodia (es decir, el fraseo y la expresividad) es también una competencia esencial para una lectura fluida y la comprensión del texto leído. Proponemos aquí un instrumento de evaluación de la fluidez lectora que incluye dimensiones para juzgar la calidad de la prosodia, la contribución al fraseo y la expresividad de las producciones orales. Esta herramienta se ha construido a partir de una herramienta inglesa ya existente y se ha adaptado al idioma francés. Se presentan como referencia los resultados de lectura de 295 niños desde CE1 (equivalente a segundo de Educación Primaria) a 5ème (primer curso de la Educación Secundaria). El análisis de las calificaciones obtenidas con esta tabla por tres evaluadores diferentes y sobre dos textos narrativos distintos sugiere una correcta fiabilidad de la herramienta.