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El artículo retrasa un cuestionamiento con respecto a la utilización por el niño latente de las mediaciones en grupo apoyándose en las observaciones de la etnóloga Julie Delalande (2001) del patio del recreo y de H. Golding (1974) de los juegos de cuerda para saltar entre niñas. En referencia a estas investigaciones, la autora postula que en el curso de la latencia el proceso de simbolización tiene la particularidad de que el game sostiene el play; el niño que presenta una patología “borderlaine” hace entonces como el niño latente en buena salud una utilización del game para sostener sus procesos diferenciadores intra e intersubjetivos. Con un terapéuta psicomotriz, la autora creó un grupo de mediación uniendo juegos motores y creación de cuentos en el cual se piensa la relación entre game y play, destinado a niños en los cuales la sintomatología es llamada “borderlaine”. El proceso de elaboración que se va produciendo en las secciones va de la expresión de vivencias al fantasma y a la experiencia de crear con el otro una relación de intercambio afectivo en la que predomina la inversión del lenguaje.