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Desde su introducción en Francia en 2002 hasta su reforma en 2021, la licencia por paternidad de once días fue un éxito inmediato. Breve, bien remunerada y cumpliendo las normas contemporáneas de la «buena» paternidad, parecían darse todas las condiciones para favorecer su uso. En este contexto, no plantean tantos interrogantes los padres que hacen uso de estas dos semanas como los que renuncian a su derecho. ¿Quiénes son los padres que no utilizan la licencia por paternidad en Francia? ¿Cómo se explica esta decisión de no utilizarla? ¿Podemos leer allí la reivindicación de una paternidad «tradicional», especialmente ligada al modelo del «hombre como sostén de la familia»? Utilizando métodos mixtos, este artículo identifica las características de los padres que no han utilizado el permiso y rastrea los mecanismos subyacentes a este fenómeno. Si bien la priorización del ámbito profesional es un freno esencial a la utilización de la licencia, este enfoque analítico no permite dar cuenta de una gran proporción de casos de no utilización, en particular entre los padres que no tienen un empleo remunerado estable. El estudio examina las múltiples formas de no utilización, que también pueden deberse a obstáculos informativos y administrativos.